Este post forma parte de Nuestra Ruta por Suiza
Como ya comentamos en el post sobre la subida al Jungfrau, ésta es una de las vertientes por las que se puede realizar el ascenso a la cima. Sin embargo, nosotros preferimos dedicarle un día y, tras haber estado allí, podemos decir que no nos equivocamos.
Lauterbrunnen significa literalmente “sólo fuentes” y su nombre es un preludio de lo que allí nos encontraremos: se trata de un valle glacial donde podemos ver un total de 72 cascadas. De todas ellas, nosotros visitamos las dos que se muestran en el mapa para luego completar el día con la visita al Schilthorn.
Nada más llegar a Lauterbrunnen, la primera cascada que captará nuestra atención es la (1) cascada de Sttaubach que con sus aproximadamente 300 m, es el tercer salto de agua más alto del país. Para poder verla bien, podemos acercarnos a una plataforma que se sitúa por detrás y a la que podemos acceder subiendo por unas escaleras laterales. De esta forma, podemos situarnos justo por detrás de la caída de agua y veremos un precioso arco iris. Para poder hacer este pequeño recorrido de 10 minutos, debemos de dejar el coche en el aparcamiento aunque como será muy poco tiempo, podemos parar justo enfrente (delante de la puerta de un cementerio) y evitaremos así abonar el coste del parking.
A continuación, a unos 2 km de este lugar, visitamos las (2) Trümmelbachfälle. En este caso son las cascadas subterráneas más grandes de Europa y su nombre significa literalmente “arroyo de tamborilero”. Su nombre viene de que en el pasado, antes de que fueran accesibles, se escuchaba el estruendo del agua proveniente de la montaña. Se trata de 20 m³/s de agua y más de 20.000 toneladas de residuo (piedras, guijaros, etc) anuales horadando la roca y formando cuevas y pozas a su paso. Para visitarlas, se asciende en un pequeño funicular hasta la parte más alta del recorrido y desde ahí se van atravesando diversos túneles y pasarelas para visitar los 10 puntos del recorrido. Cada punto es una cascada y todas ellas están alimentadas por los depósitos de nieve y el glaciar del Jungfrau.
La entrada cuesta 11 € (precio 2018) y no admiten el pago con tarjeta.
En este vídeo, podeis comprobar el bien merecido mote de "tamborilero", pues el estruendo del agua se hace ensordecedor:
Para completar la visita de este valle, nosotros optamos por subir al (3) Schilthorn desde donde se pueden tener las mejores vistas de los tres picos (Eiger, Mönch y Jungfrau) e incluso se puede ver el Mont Blanc. Para llegar a él debemos tomar la carretera en dirección a Stenchelberg y, tras 2 km, llegaremos al aparcamiento de pago donde se coge el funicular.