Día 1: Zúrich

Como ya avanzamos, empezamos nuestra ruta por Suiza en Zúrich por un motivo logístico, ya que está muy bien comunicado con los aeropuertos españoles; y económico, los vuelos están en general muy baratos. Además, en menos de 15 minutos ya habíamos llegado del aeropuerto a la ciudad.

Zúrich, considerada como una de las ciudades que ofrece una mayor calidad de vida en el mundo, es un lugar para pasear y disfrutar. Comenzando desde su Catedral, seguimos el curso del río Limmat hasta llegar a las orillas del lago que lleva el mismo nombre que la ciudad. Desde éste, volveremos por la otra orilla hasta coronar el mirador Lindenhof, que nos ofrecerá una  maravillosa panorámica de la ciudad. Durante ambos recorridos disfrutamos con sus iglesias, plazas y otros edificios destacados. Desde el mirador bajamos a ver su esbelta «Bahnhof» y el museo nacional antes de irnos a cenar.  Si quieres ver nuestra visita de forma más amplia, puedes consultar nuestro post sobre qué ver en Zúrich.

Día 2: Zug y Lucerna

Aprovechando la cercanía de Zúrich con Zug, decidimos comenzar el día visitando esta pequeña pero idílica ciudad suiza. De entre todos sus atractivos, destaca sin duda su torre del reloj de los siglos XV a XVI. El encanto del resto de su casco histórico nos invitó a un agradable paseo con vistas al lago descubriendo sus murallas y torres medievales y su castillo, ahora convertido en museo. Descubre más sobre esta pequeña ciudad medieval en el post sobre qué ver en Zug.

Tras finalizar nuestra visita a Zug, ponemos rumbo a Lucerna, probablemente la joya de la corona de las ciudades suizas. Llegamos por la tarde, por lo que decidimos dividir nuestra visita en 2, comenzando hoy y aprovechando la mañana del día siguiente para completar la visita. Hoy nos concentramos sobre todo en el parque de los glaciares. A su entrada encontraremos el Monumento al León, una escultura que impresiona por su perfección hasta el más mínimo detalle. Tras verla, accedemos al museo de los glaciares, donde descubriremos que el lugar donde actualmente se encuentra Lucerna era un glaciar y donde aprenderemos mucho acerca de estas formaciones de hielo. Al salir, damos un paseo por la zona de la catedral y nos acercamos al lago donde visitaremos sus puntos más conocidos y turísticos: el puente de la capilla y otros destacados pero como ya está oscureciendo, y respetando los horarios europeos, nos vamos a cenar para continuar al día siguiente. Después de cenar aprovechamos para dar un paseo nocturno y disfrutar de la iluminación de los edificios.

En nuestro post sobre qué ver en Lucerna, encontraréis nuestro itinerario de visita recomendado.

Día 3: Lucerna y el Rigi

Como el día anterior se nos había hecho de noche, aprovechamos la mañana para recorrer de nuevo los puntos más emblemáticos de Lucerna y también hacer el recorrido por sus murallas medievales, donde no sólo se puede disfrutar de las mismas sino que además se tiene una gran panorámica de la ciudad desde las alturas.

Una vez acabado el paseo, nos despedimos de la ciudad y nos dirigimos hacia el Monte Rigi, una de las excursiones que se pueden hacer desde allí. La apodada “Reina de las Montañas” de 1.797 m de altura nos ofrecerá desde su cima una vista de 360º que abarcará puntos tan destacados como el Lago de los Cuatro Cantones, la cordillera de los Alpes, la misma ciudad de Lucerna e incluso, en días de buena visibilidad, la Selva Negra.

Día 4: Monte Jungfrau

La cima de este pico de 4.158 m es fácilmente visible junto con los otros dos picos que conforman el famoso macizo (Eiger y Mönch) desde varios puntos. Sin embargo, llegar a ella puede resultar muy costoso debido a su altura y a las condiciones de nieve que mantiene durante todo el año. Esto es fácilmente solucionable si decidimos hacer la ruta en el tren que asciende hasta la estación de tren más alta de Europa (Jungfraujoch a 3.454 m). Además de disfrutar de unas inmejorables vistas durante el ascenso y la bajada, podemos acercarnos al nacimiento del glaciar Aletsch, el más grande y profundo de Europa. Si te interesa conocer todos los detalles de qué ver en la excursión al Jungfrau, revisa aquí nuestra experiencia.

Día 5: Cascadas de Lauterbrunnen y Monte Schiltorn

“Lauter brunnen” significa literalmente en alemán “sólo fuentes” y esto no es vano ya que el lugar cuenta con 72 cascadas. Este maravilloso enclave se encuentra en un valle del cantón de Berna que se puede perfectamente visitar  en nuestra excursión al Jungfrau o como nosotros, en combinación con otra excursión. En cualquier caso, nuestra recomendación es no dejárselo fuera del itinerario por Suiza ya que sus verdes praderas, sus numerosas cataratas y sus casitas de madera hacen del lugar un paraíso. Puedes consultar toda la información de qué ver en Lauterbrunnen aquí.

La excursión al Schiltorn (2.970 m) nos ofrece la posibilidad de disfrutar de las mejores vistas del macizo de Jungfrau, Eiger y Mönch y, con suerte del Mont Blanc. Un total de cuatro teleféricos llevan al restaurante rotatorio de la cima, el Piz Gloria, famoso por haber sigo protagonista en el rodaje de una película de James Bond.  Además de las visitas desde la cima, destaca en la excursión el entrañable pueblo de Mürren. No te pierdas todo lo que se puede ver en la excursión al Schiltorn aquí.

Día 6: Puente Trift y Brienz

Esta excursión en los Alpes nos llevará una mañana y en podemos cruzar unos de los puentes colgantes más largos de esta cadena montañosa, con 170 m de longitud, y ver de cerca el glaciar Trift. Antiguamente, el glaciar llegaba hasta el lago permitiendo el paso hasta el refugio; sin embargo, con el retroceso del glaciar, se tuvo que tender el puente para asegurar el paso.

Tras disfrutar de las maravillas naturales de la mañana, decidimos visitar  la maravillosa localidad de Brienz a orillas del lago del mismo nombre. La verdad que es un pueblecito encantador que merece la pena visitar.

Día 7: Thun y Berna

Dedicaremos la mañana a visitar la localidad de Thun, situada a orillas del lago de su mismo nombre. Allí encontraremos una ciudad con mucho encanto en la que destacan su castillo del siglo XII, la iglesia del siglo XIV y desde hay unas visitas preciosas de todo el entorno y un precioso ayuntamiento situado a orillas del río Aare. Para más destalle puedes leer qué ver en Thun.

Al acabar nuestra visita, nos subimos de nuevo al coche y emprendemos viaje hacia Berna. A diferencia de otras grandes capitales Europeas, se trata de una ciudad pequeña y muy paseable para verla de cabo a rabo. Destaca su cuidado aspecto en los edificios, el foso de los osos o su recorrido obligado por las fuentes de la ciudad, decoradas todas con distintos motivos históricos o mitológicos. Una visita que merece y mucho la pena descubriendo que ver en Berna.